Si estas siguiendo los pocos pasos que
fuimos dando en este blog.
Te habrás dado cuenta de que dejar de fumar un domingo es solamente
la parte fácil del asunto.
Como dije anteriormente, fumar es un
vicio, algo químico en el cuerpo que te dice que lo necesita, pero también hay
lugares y momentos donde se hace más presente esta necesidad de fumar.
En mi caso en particular, cuando salgo
del subte, o salgo de algún lugar, me prendo automáticamente un cigarrillo. Acá
aparece la parte del hábito en esta pelea por dejar de
fumar.
Lo que estoy haciendo, es poner el
cerebro permanentemente en otro lado.
Ya sea tener que caminar 4 cuadras forzándome
a pensar en otra cosa, lo hago.
Poner una canción y prestarle atención solamente
a eso (y a que no te caguen pisando, también esta bueno que no te pase un auto
por arriba).
Llamar a alguien y hablar todo el
camino.
No sé, son las que se me ocurren, lo
ideal es eso, meter la cabeza de lleno en otra cosa.
Las ganas de fumar, son algo así como
olas que vienen y después se van. Esto es real, sentís que no podes seguir
viviendo sin un cigarrillo, en ese momento, tenés que poner fuerte el bocho, y
pensar en otra cosa, y después las ganas van bajando de a poquito
Otra cosa que hacemos mucho, es
victimizarnos.
Cada situación mala que tenemos nos
hace sentir que tenemos la necesidad de fumar porque es muy intenso pensar en atravesar
ese momento como para sumarle el conflicto de tratar de dejar de fumar.
Un problema en el laburo, una pelea con
un amigo, algo que queríamos que se cae por algún motivo. Excusas hay miles, es
importante no caer ahí.
Uno, o al menos yo, siento que tengo un
dialogo interior, en donde realmente mantengo una conversación en la que una
parte de mi dice que quiere dejar de fumar, y otra parte de mi, dice que en
unos días dejamos de verdad, pero que
ahora sería muy razonable volver a fumar por X motivo.
Juro que es así, como que uno busca
traicionarse a uno mismo, y hasta cree que lo más razonable en ese momento es
volver a fumar, para poder después dejar de fumar definitivamente.
Todas las veces que dialogue con esa
voz interior acerca de dejar o no de fumar, termine fumando SIEMPRE.
Juro que es así, como que uno busca
traicionarse a uno mismo, y hasta cree que lo más razonable en ese momento es
volver a fumar, para poder después dejar de fumar definitivamente.
Todas las veces que dialogue con esa
voz interior acerca de dejar o no de fumar, termine fumando SIEMPRE.
Por eso, esas "OLAS" de ganas van a seguir viniendo, y en algún momento van a venir un poquito más fuertes, y con más frecuencia, hasta que de repente ya no vuelven nunca más.
Esto también esta bueno saberlo!
Es una brecha de aproximadamente 2/3
semanas que tenemos que atravesar y después ya es una cosa en bajada.
Esto es real, y lo quiero compartir,
porque por ahí uno siente que las ganas de fumar van a estar ahí, por el resto
de tu vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario