Por lo que va de
este hermosísimo blog, que ya los enamoro a todos, hablamos de cuáles podrían ser
los mejores momentos para arrancar este proceso. También hablamos de las
sensaciones que podes ir teniendo que te hacen querer volver a fumar.
Pero en este paso,
te advertimos de otras amenazas que quieren hacer que vuelvas a fumar, y estas
son tus propios amigos.
Viste cuando te
morís de ganas y le pedís un cigarrillo a un amigo? Y ese amigo del
alma no te lo da ni aunque estuvieras convulsionando de abstinencia.
Bueno resulta que
todos ellos, cuando dejas de fumar, cambian su postura y te ofrecen puchos
aunque no se los pidas, y esto, todo el tiempo.
Con esto no quiero decir que sean malas
personas, es como algo muy común en el comportamiento humano.
No soy psicólogo, estoy estudiando
Arquitectura y trabajo de Administrativo en una oficina, así que no les
voy a hacer un análisis de por qué las personas lo hacen, lo que si les
voy a decir, es que lo hacen.
Por ejemplo, hoy fui a almorzar con un
amigo que fuma, y me pregunto si tenía puchos, y le dije que no, que estaba
tratando de dejar, que venía bien y que me sentía muy positivo respecto a las
chances que tenia de dejar.
Acto seguido, después de almorzar, me pidió
que lo acompañe al kiosco, asi el se compraba puchos, asi que fui.
Cuando los compraba me pregunto si quería
uno, y le dije que no, y cuando salimos y se prendió el suyo, sin cerrar la
caja me volvió a ofrecer.
Estas cosas pasan, y pasan bastante,
literal.
No me enoja, de hecho lo entiendo, es
algo muy común en todas las personas, o al menos en su mayoría. Hacen
esto, o te dicen que no lo vas a poder dejar, porque ya trataste un
montón de veces y se te ríen.
En mi caso en particular, estas
actitudes las tomo como un incentivo a dejar de fumar. Demostrarle a todos los
que te toman por sentado que vos podes.
Es importante que todo lo que funcione
como un incentivo para vos, lo uses. No importa lo egoísta o tonto que
pueda llegarte a parecer, aferrate a eso a cada momento de debilidad, o de duda
que tengas.
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